Autora: Daniela Hernández
Seguramente habrán notado cómo se han reproducido los tapones sintéticos -mal llamados “corchos de plástico”- y las tapas a roscas de los vinos que solemos tomar los fines de semanas y en ocasiones que consideramos especiales.
Muchos creen que ambos están destinados para los vinos de baja calidad, para los vinos del –tuco- o truco, como más les guste…. sin embargo hoy vengo a contarles que – por más que les gusten para el tuco o para el truco– son dos sistemas óptimos para cerrar vinos de calidad, en la categoría de vinos jóvenes frescos y frutados.
Tuco o truco
Los vinos jóvenes se caracterizan porque están elaborados con la intención de que el consumidor los beba en el plazo de los dos o tres años a partir de la añada que figura en etiqueta, un vino tinto 2020 se mantiene joven hasta el 2022-2023 según sea blanco o tinto.

Dichas botellas, precisan de hermeticidad absoluta. Su creador, el enólogo, busca que los aromas y gustos sean frutados y frescos, que el consumidor sienta que el vino es ligero, fácil de tomar, sin que deje en el paladar sabores amargos, complejos, eternos.
El material con el que están diseñados no contamina el vino, ni le trasmite aromas o sabores, son innocuos.

Además…
- No se rompen, no generan polvo ni sedimentos que contaminen al vino.
- Al extraerse de la botella no modifican su tamaño, por lo cual pueden volver a colocarse con facilidad.
- El corcho tradicional necesita humedad para que no se contraiga y el vino se oxide (pique) el tapón sintético y tapa a rosca no, por ello las botellas pueden guardarse en forma vertical, aprovechando mejor el espacio y la cantidad.
Ahora ya están informados: si al comprar un vino, su cierre es tapa a rosca o tapón sintético ya saben que es para beberlo en tiempo y forma.